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20 pues el perverso no tiene ninguna esperanza;
    su lámpara se apagará.

—30—

21 Hijo mío, respeta al SEÑOR y al rey,
    y no te unas a los rebeldes
22 porque muy rápido les llega su destrucción
    y no se sabe el castigo que Dios y el rey pueden mandar.

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